HALLOWEEKEND 2014!!!!

martes, 8 de febrero de 2011

Hola, vengo a flotar....

Bueno, no tanto.  Todavía no domino la técnica de volar. Pero como no pasa nada últimamente por acá, creo que es una buena oportunidad para escribir algo bueno. Espero.

Por empezar me dí cuenta de que en este momento casi no miro animé. Y no porque ya no me guste hacerlo. Sino por que lo que el mercado ofrece no me satisface. Parafraseando a Marge Simpson, "el animé se ha convertido en basura tan gradualmente que no me dí cuenta" (a lo que más de uno tendría que estar diciendo "Seeeehh" como Homero).



Seguramente que habrá quienes dicen que sí hay cosas copadas, y me tiren dos o tres títulos. Podremos discutir un rato, quizás concederé que están buenos, que te entretenés, que te matás de risa (por ejemplo Haruhi Suzumiya no Yuutsu {la primera eh!}). Sin embargo, en líneas generales, algo sucedió en los últimos 10 años. O 7 por lo menos.

No sé. Vengo en esto del animé por lo menos desde el año 96, fuí de los que vieron Locomotion, tuve la suerte de conocer amigos que podían facilitarme material súper interesante que no pasaban por tele ni por error. Luego tuve acceso a Internet y pude conocer el universo de cosas que existen y elegir que ver.

La verdad que algo sucedió en algún punto luego de la caída de las torres Gemelas. Sí. Parece extraño, pero más o menos por esa época el animé (y por que no el manga) comenzaron a irse al cuerno. No me sorprendería que esté relacionado. Hago un pequeño racconto, y que alguien me diga a ver qué le parece.

En la década del 60, estaban las historias lacrimógenas, en donde el pobre protagonista veía como sus padres eran asesinados, sus amigos devorados y su novia violada y luego carbonizada y luego vuelta a violar. Todo con animalitos antropomorfizados (acá se los pudo ver bajo nombres como abejita Maia y esas cosas). Era un reflejo de las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial que todavía se estaban viviendo, con la ocupación estadounidense a flor de piel, el despojo del orgullo japonés por parte de los vencedores, y la agobiante crisis económica. Entonces la idea era "chico, aprende, la vida es dura. Mejor que te vayas haciendo una idea de lo que te espera. No hay manera de que safes de esto".

En la década del 70 comienza "el milagro nipón". En muy pocos años la economía comienza a dispararse a las nubes, la calidad de vida comienza a mejorar, y la industria japonesa se comienza a ubicar entre las mejores del mundo, sobre todo en lo que es tecnología y maquinaria. Acá es donde resurge el nacionalismo (o por lo menos se recupera el orgullo japonés) y la idea de la juventud redentora a través de los animés de robots gigantes en donde el protagonista (que siempre es un chico de 14 años) es encomendado manejar un robot gigante que salva a su comunidad de una amenaza externa (usualmente extraterrestres). Por supuesto para lograr esto, lo mejor de la tecnología japonesa es puesto a su disposición. Entonces cuando el pibe pelea, en realidad es todo el Japón quien está representado en ese robot, el cual con la juventud como "alma" o voluntad que lo dirige, es capaz de darle un mejor mañana a todos.

Esto se extiende durante los años de bonanza de los 80. Con la salida de las videoreproductoras hogareñas, el cine llega a los hogares y el animé se abarata y masifica definitivamente. Ahora las productoras no tienen que preocuparse por hacer productos largos para emitir por la tele, ni de calidad para ser emitidos en un cine. Pueden ser directamente lanzados para el consumo masivo. Por lo tanto no hay que preocuparse tanto ni por la calidad ni por la historia. Esto abre las puertas para muchos autores, pero también produce toneladas de porquerías. Es decir, nace el formato OVA.

En los 90 se rompe la burbuja económica. Crisis financiera como no habían visto en más de 30 años. En 1992 el terremoto de Kobe. Luego vienen los ataques de gas sarín en los subterráneos de Tokyo perpetrados por la secta Aum Sum. Crisis existencial. Es como si el universo estuviera en contra de los japoneses. Esto impacta directamente en Hideaki Anno, un otaku que creció viendo animés de robots. Decide hacer el suyo, en donde el enemigo es un dios que trata de destruirlos, y a pesar de ellos, los humanos tratan de levantar cabeza. Esto crea una revolución a nivel mundial en el plano de la animación. Pero no termina acá......

En los años siguientes el capitalismo neoliberal extremo separa a las familias. Los padres tienen que trabajar constantemente hasta hacer peligrar sus vidas. Comienzan los casos de muerte por exceso de trabajo. Los chicos deben dedicarse al estudio desde los 4 años para tratar de entrar en las mejores escuelas y universidades que les aseguren los mejores trabajos que les permitan un pasar aceptable. Comienzan a aparecer los NEET y hikikomori, jóvenes que evaden la vida social al quedar desclasados, expulsados por un sistema ultracompetitivo que no permite retraso ni falla. Los precios inmobiliarios se van a las nubes. Y luego, nuevamente una crisis económica, similar o peor que la de principios de los 90. Pero ahora ya no quedan ideales, ni identidad que defender. Solo una sociedad posmoderna, totalmente bombardeada por la mass-media. Los otakus son los más expuestos a esto. El mercado de animación comienza a inducir la ideología del nuevo siglo. Simplemente asegurate un materialismo que te anestesie lo suficiente para no darte cuenta del vacío de tu existencia. Las series lo único que plantean es encontrar la manera de seguir existiendo, de seguir consumiendo. Inclusive desaparecen las series de romance, porque sale carísimo tener una novia y mucho más una familia....

Paro acá porque creo que tengo que cerrar la idea. Soy yo o ya no hay series que planteen una realidad más atractiva que en la que se está, por la que pelear? Ya solamente aparecen "sitcoms" en donde ver sólamente el día a día de gente que busca la mejor manera que pueda de pasar sus días de una manera u otra. No existe más la inconformidad con lo establecido.

No será ahora justamente cuando se necesita más que nunca una vieja serie de robots gigantes como las de la "vieja escuela"??

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante, hay muchas cosas que no desconocía. Y con eso de los animes que has dicho me recuerda un poco a las cosas que se plantean en Clannad (por lo menos la primera temporada)...
Cosas tan existenciales como lo que es una familia, lo que no es tener una, lo que es tener un padre totalmente resignado a vivir mientras tiene un hijo, lo que son los sueños, lo que es pelear por ellos, lo que es el valor y la confianza entre otras tantas cosas más... Particularmente me gustó, talves hay cosas que le falten o le sobren pero, me gustó.

Todo tipo de animación al estilo sitcom es algo que sinceramente me aborrece y desprecio, razón por la cual no miro tv desde hace bastante tiempo, podría decir que años :/...
Por cuestiones evolutivas no sé si es momento para una "vieja escuela" ni tampoco para la actual "nueva"... Sino para algo más revolucionario y nuevo por así decirlo. Algo que plantee nuevos puntos a analizar y repensar de muchos ángulos posibles en lo que es la vida misma... Bah no sé esa es mi opinión xD

Yo particularmente tampoco miro mucho anime desde hace un buen tiempo... Miro alguna que otra serie cuando me la pasan y/o recomiendan por X motivo y de ahí decido si continuarla o no... excepto que la haya descubierto por mi propia cuenta como es el caso de Clannad XD (se... estoy molesto con eso u.u).

En fin, habrá que ver como se desenrrolla todo y esperar... lo "menos peor"?

Ezio Myrmidon-

Tobias Maddox dijo...

che, no está firmada la nota...

Otakus Sin Techo dijo...

Sí, no está firmada... Está a nombre del OST. Ja. Es que el que postea siempre es el mismo pibe, viste?? :)